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Centro Integral de Sueño y Neurociencias

Mal rendimiento académico y trastornos del sueño, ¿conviene investigarlo?

En algunas ocasiones, cuando los padres detectan que sus hijos comienzan a ir peor en los estudios o a tener mayores dificultades, inician una peregrinación de visitas médicas y no médicas para tratar de ponerle remedio cuanto antes, ya que saben de la importancia de resolverlo pronto y así minimizar daños. Se puede comenzar la peregrinación con el profesor o tutor, el cual puede recomendar algunas acciones, después podemos continuar con el pediatra, que puede pedir algún análisis de sangre para ver hormonas tiroideas y otros factores que pueden estar relacionados. En ocasiones se recomendará una visita con el neuropediatra para asegurar el adecuado desarrollo de nuestro hijo. A menudo se puede realizar una valoración neuropsicológica completa, que puede indicar qué puntos débiles debemos corregir. Podemos realizar un peregrinaje eterno pero, ¿Se presta atención al sueño? ¿Puede tener importancia? La respuesta es rotundamente sí. Infinidad de trastornos del sueño se pueden presentar durante la etapa escolar de nuestros hijos, y prácticamente todos tienen algo en común: pueden manifestarse como problemas de atención/concentración, llevando a mal rendimiento. Un mal descanso o sueño no reparador puede estar motivado por distintas patologías, siendo algunas de las más frecuente las siguientes:

  • El síndrome de piernas inquietas: se puede padecer desde la primera infancia. A veces pueden existir antecedentes familiares. Suele tener una cierta relación con el metabolismo del hierro. La presencia de SPI puede ocasionar problemas en la conciliación del sueño, pero también sueño no reparador por la presencia de movimientos periódicos de extremidades durante el sueño, que a veces son observados por los padres.
  • Parasomnias: sonambulismo, terrores nocturnos o despertares confusionales son parasomnias que típicamente aparecen durante la infancia o adolescencia. Si su frecuencia es elevada o son intensos, pueden provocar sueño no reparador.
  • Apnea del sueño infantil: los niños también pueden padecer apnea del sueño. Los padres pueden observar en ocasiones que sus hijos roncan y en ciertos momentos quedan como “parados”. Es otra causa habitual de sueño no reparador.
  • Trastornos del ritmo circadiano: incluyen tanto el adelanto de fase como el retraso de fase. Este último es muy habitual y característico que comience durante la adolescencia. Se trata de personas que tienden a acostarse más tarde y a despertarse también más tarde. Esto puede llevar a mal rendimiento académico, ya que las primeras horas de la mañana el estudiante puede sentirse extremadamente somnoliento con problemas para mantener la atención, y en ciertas ocasiones puede quedarse dormido, reduciendo con ello la asistencia escolar. Este trastorno se ve agravado por el uso de dispositivos electrónicos que emiten luz antes de ir a dormir o por la realización de deporte en las últimas horas del día, algo que también es sumamente habitual en estas edades.

Cada uno de estos trastornos que se han enumerado someramente tiene su propio tratamiento, mejorando con su resolución la atención, concentración y por ende su rendimiento académico.

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