Son las diez de la noche y ya noto cómo mi frecuencia cardiaca se acelera, me invade un profundo nerviosismo. Temo que llegue esta hora. Temo el momento de tenerme que ir a dormir. Solo con pensar la noche que me espera ya me entran los siete males. Y eso por no mencionar lo mal que me voy a sentir mañana, justo mañana que tengo esta reunión tan importante.
Una vez un paciente describió en mi consulta esto como “la profecía autocumplida”. Cuando se acerca el momento de ir a dormir, comienza la ansiedad. Ese miedo irrefrenable a la noche, a meterse en la cama y al enfrentarse al insomnio efectivamente hará que la profecía se cumpla: no podrás dormir bien hoy tampoco.
Este fenómeno se conoce como ansiedad anticipatoria, y puede aparecer en relación con diferentes estímulos, en este caso asociada al insomnio. Una parte muy importante del tratamiento del insomnio consiste en controlar la ansiedad anticipatoria, y romper con esos pensamientos disfuncionales que surgen en el momento de ir a dormir. Ir a dormir de hecho debería ser todo lo contrario. Debería ser un momento relajante, placentero, agradable y sobre todo tranquilo. Dar herramientas y estrategias los pacientes que padecen este problema les ayudará a conseguir un sueño de calidad, evitando la ansiedad anticipatoria.
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