El fenómeno conocido como “parálisis del sueño” se caracteriza por aparecer durante el sueño, episodios en los que la persona está despierta y consciente, pero sus músculos no le responden, es decir no puede moverse. Esta situación suele durar habitualmente pocos minutos, sin embargo se suele acompañar de gran angustia y miedo. Durante ese tiempo, a pesar de que la persona esté consciente y abra los ojos, no puede moverse ni hablar. Los únicos músculos que se mantienen “en funcionamiento” son los de los ojos y el diafragma, asegurando la respiración.
Se debe a una entrada “anómala” y parcial en una etapa del sueño denominada fase REM, que se caracteriza por la presencia de atonía muscular, del mismo modo a lo que ocurre en la parálisis del sueño.
Aunque es un fenómeno que puede aparecer hasta en el 5% de personas sanas alguna vez en su vida, también es síntoma de ciertas enfermedades del sueño, como por ejemplo de la #narcolepsia.
También existen circunstancias por las que los episodios de parálisis del sueño pueden hacerse más frecuente, produciendo problemas en el descanso de la persona, y constituyendo ya un trastorno del sueño. Algunas de las más frecuentes pueden ser el sueño insuficiente o privación de sueño, horarios de sueño irregulares o situaciones de estrés.
En cualquier caso, es recomendable solicitar una valoración clínica por un experto. En aquellas personas en las que los episodios son recurrentes, es decir, se repiten con cierta frecuencia, además puede ser necesario realizar algún estudio de sueño.
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