El insomnio se define como aquel trastorno del sueño consistente en la incapacidad de dormir un número suficiente de horas a pesar de contar con las circunstancias adecuadas para ello o con la percepción de tener un sueño de poca calidad o un sueño no reparador. Además el insomnio no se manifiesta solo durante el sueño, sino que también afecta en gran medida a cómo nos encontramos durante el día. Los síntomas diurnos pueden incluir cansancio, fatiga, problemas de concentración y de memoria, mal rendimiento escolar o laboral, bajo estado de ánimo, irritabilidad, somnolencia diurna, falta de energía y de motivación, aumento del riesgo de accidentes en el trabajo o conduciendo, dolor de cabeza, síntomas gastrointestinales y ansiedad entre otros.
Todo esto se denomina insomnio pero ¿por qué se produce? Dentro del insomnio podemos describir que existen causas primarias y causas secundarias.
Existen problemas físicos o trastornos del sueño que afectan al sueño normal, causando un sueño alterado o sueño no reparador, y hacen que la persona no se sienta fresca al día siguiente.
Dentro de estas causas secundarias podemos incluir el ronquido, la apnea del sueño, el síndrome de piernas inquietas, los movimientos anómalos durante el sueño, los trastornos de conducta durante el sueño entre muchos otros. También podemos describir como causas secundarias aquellos problemas del ritmo cardiano que cursan con insomnio, como puede ser el retraso de fase el adelanto de fase, entre otros.
Insomnio primario se describe como aquel que no está relacionado con una condición física, siendo aquel que aparece en una persona en un cierto momento de su vida, y desafortunadamente este problema de sueño puede cronificarse.
También existen problemas del estado de ánimo que pueden hacer que tengamos insomnio dentro de los más frecuentes tenemos la ansiedad y la depresión.
En una consulta especializada de sueño será fundamental que el médico que evalúe el paciente sea capaz de identificar aquellas causas secundarias de insomnio para poder darle solución en primer lugar y así después poder conocer sí existen otros factores que estén contribuyendo al insomnio.
En algunas ocasiones será necesario realizar un estudio de sueño para poder conocer el problema en toda su extensión.
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