El sueño de calidad es un pilar fundamental en nuestra salud, como ya sabemos. Acercándose la fecha de San Valentín, conviene recordar que en nuestra sociedad es habitual dormir gran parte de nuestra vida en pareja, compartiendo intimidad, zona de descanso y horarios de sueño. Pero, ¿qué implicaciones tiene dormir acompañado en nuestro buen sueño? ¿es positivo o negativo? De lo que no hay duda es de que existe una relación bidireccional entre cómo el sueño puede condicionar nuestra pareja, y el revés, nuestra pareja también puede influir en nuestro sueño. A continuación, te presentamos información acerca de cómo el sueño y nuestras preferencias horarias pueden tener influencia respecto a cómo encontramos pareja y afianzamos la relación, así como en la calidad de nuestro descanso a largo plazo.
Cronotipos y pareja
El cronotipo se define como la inclinación biológica a dormir en unos horarios y estar despierto y alerta en otros. Existen personas más nocturnas y personas más diurnas. Dos personas con cronotipos extremadamente opuestos, es decir que son muy matutinas o vespertinas, difícilmente convergirán debido a la escasa coincidencia en su tiempo libre en lugares comunes. Se encuentran y son más afines las parejas con un cronotipo similar debido a que será más fácil que tengan intereses y aficiones comunes, y facilidad para compartir tiempo juntos.
Sin embargo en el amor nunca se sabe, y puedes enamorarte de una persona con un cronotipo opuesto al tuyo, debéis saber que compartir cama con una persona de cronotipo opuesto puede empeorar la calidad y cantidad de vuestros sueños. A menudo estas personas describen que se despiertan cuando su pareja va a la cama a altas horas de la madrugada, o que se despiertan si su pareja es más bien madrugadora, a veces con dificultad para continuar con su sueño, y viendo con ello acortadas sus horas de descanso. Por otro lado, tratar de compartir hábitos y rutinas con nuestra pareja si no compartimos cronotipo a veces no resulta sencillo: si uno de ellos debe forzar los horarios de sueño para adaptarse al otro esto puede afectar al descanso, pudiendo originar problemas de sueño y del funcionamiento de la pareja.
Ambiente de sueño
Dormir en pareja implica también acordar qué tipo de ambiente es el más adecuado para el buen descanso. Con ello nos referimos a ropa de cama, temperatura o condiciones de oscuridad del dormitorio. Recordad siempre que para un mejor sueño es beneficioso un ambiente más bien fresco, y oscuridad. También hay que favorecer el silencio en esta zona de la casa.
Efecto protector y relajante
Algunos estudios observan una mejor calidad de sueño cuando las personas duermen juntas, principalmente en jóvenes. A pesar de que puedan darse más despertares, con un tiempo total de sueño menor, se ha detectado un beneficio para la arquitectura de sueño, con incremento en la duración de la fase de sueño REM. Dormir en pareja también favorece el vínculo, la intimidad y el sentido de seguridad y protección.
Dormir en pareja implica hábitos y rutinas compartidas, por lo que podría tener un efecto protector en el desarrollo y mantenimiento del insomnio en parejas que mantienen rutinas saludables. Del mismo modo que las parejas que cuidan la dieta o se animan a abandonar el tabaquismo, el hecho de que las personas cuiden de su descanso puede ayudar a que la pareja también lo hagan.
Trastornos de sueño durmiendo en pareja
Cuando un componente de la pareja sufre un trastorno de sueño, puede complicar el descanso de la otra persona. Puede darse así en los compañeros de cama de personas con ronquidos y apneas obstructivas del sueño, que pueden sufrir como consecuencia insomnio, cefalea, somnolencia o fatiga. Por ello tratar las apneas con CPAP podría no solo suponer una mejora del descanso para el paciente sino también para su compañero de cama. El hecho de estar en una relación y que la pareja le apoye puede ser un punto clave para aceptar y adaptarse al tratamiento. En los trastornos de conducta durante el sueño, como en el sonambulismo o el trastorno de conducta de sueño REM la persona acompañante puede tener despertares bruscos y en algunos casos incluso han podido tener algún tipo de lesión (un hematoma, un arañazo, por ejemplo) realizada de forma involuntaria por el paciente. Los compañeros de cama están implicados en la identificación de los trastornos de sueño no percibidos por el propio paciente y también relacionados con el éxito del tratamiento del que dependerá su propio descanso.
Compañeros de vida pero no de cama
Las parejas que duermen juntas durante años y deciden separarse de cama o incluso de habitación presentan un cambio importante de su ritual de ir a dormir que puede ser en cierta manera disruptor. Dormir juntos implica una expectativa social de un comportamiento de pareja o matrimonio considerado adecuado. Dormir separados no debería ser indicativo de una pareja rota o desapegada, sino que deben tener un diálogo acerca de cómo mejorar de forma individual el sueño y para tener una relación más satisfactoria.
Aún hay muchas variables a tener en cuenta en cuanto a dormir en pareja. La mayoría de los estudios se han llevado a cabo con parejas heterosexuales, por lo que deberían estudiarse no sólo las diferencias entre hombres y mujeres sino en cuanto a orientación sexual y género.
Como conclusiones generales, dormir en pareja nos aporta beneficios emocionales, pero a menudo debido a nuestros cronotipos o a trastornos del sueño puede resultar complicado. Por este motivo, recuerda siempre que ante la sospecha de la presencia de algún trastorno del sueño tuyo o de tu pareja, debéis consultar con un especialista para buscarle solución. Recordad también que ante todo lo importante es fortalecer la comunicación dentro de la pareja, buscando la mejor manera en la que ambos podáis lograr un adecuado sueño, con óptima calidad y cantidad, y así tras un buen descanso, poder tener esa vitalidad en el día a día.
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