El sueño es fundamental para una buena calidad de vida y mejor salud a largo plazo. Es importante preguntar sobre la noche en personas dependientes, sea cual sea su condición médica y situación vital. Conocer si una persona tiene un sueño satisfactorio implica saber que no tiene dificultades para conciliar el sueño, que su sueño es continuo o que, si presenta despertares, estos son breves, y que al despertar se sienta descansada y sin necesidad de dormir más tiempo. Dormir bien también significa poder realizar sus actividades diarias sin dificultad debido a somnolencia u otras alteraciones relacionadas con un mal descanso.
Las personas mayores dependientes presentan problemas de sueño con la misma frecuencia que la población general, tantos los asociados a la edad como los relacionados con su enfermedad o condición médica de base. Los profesionales sanitarios debemos indagar por síntomas nocturnos de la misma manera que preguntamos por los diurnos, ya que todos pasamos aproximadamente un tercio de nuestra vida durmiendo. Es crucial hacer un diagnóstico preciso para poder tratar el problema de forma específica. En ocasiones esto requerirá pruebas complementarias, entre los que es incluyen los estudios de sueño. Este tipo de pruebas de sueño son imprescindibles por ejemplo para el diagnóstico de las apneas durante el sueño. Las apneas son pausas de la respiración durante el sueño, que provocan fragmentación del sueño y mal descanso, y que pueden tener repercusión sobre la salud cardiovascular a largo plazo. Estudiarlas puede implicar realizar pruebas en el Hospital o en el domicilio, dependiendo de cada caso. La ventaja de la realización de estudios de sueño en domicilio son fundamentalmente la comodidad para el paciente y para su cuidador. Hoy en días los dispositivos tienen un montaje cada vez más sencillo y proporcionan información más completa acerca del sueño.
En el caso de las personas dependientes con problemas de sueño, el sueño de las personas con las que conviven también puede verse afectado, espacialmente el de la persona cuidadora principal. En muchos casos, el cuidador es la pareja, comparte cama con la persona dependiente y tiene una edad avanzada similar a la de la persona dependiente. Los cuidados recaen con mayor frecuencia en las mujeres, ya sean familiares o cuidadoras profesionales. Los estudios indican que los cuidadores a menudo duermen pocas horas y tienen mala calidad de sueño, no solo por los despertares asociados a los cuidados sino también por la carga mental, estrés y ansiedad derivados de su situación personal. Las consecuencias pueden ser físicas, como una mayor fatiga y dolor muscular; cognitivas con dificultades de atención y concentración; emocionales, con mayor irritabilidad, menor paciencia y sentimientos de desesperanza; y sociales, con un mayor aislamiento. El mal descanso de personas dependientes es un factor muy importante en la sobrecarga del cuidador y puede ser una de las causas principales para institucionalizar a estas personas. Los cuidadores deben tener cuidado de su sueño para poder atender a los demás de manera efectiva y sin repercusión sobre su propia salud.
¿Qué podemos hacer para mejorar esta situación?
Mantener una buena calidad de sueño es esencial tanto para las personas dependientes como para sus cuidadores, ya que contribuye a una mejor salud y bienestar general. Desde CISNe Madrid y CISNe Barcelona contamos con un gran equipo de profesionales, a tu disposición para valorar tu caso particular. ¡Solicita cita!
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