CISNe
Centro Integral de Sueño y Neurociencias
En la Clínica CISNe, sabemos que las altas temperaturas durante los meses de calor pueden dificultar el descanso nocturno. El calor extremo no solo puede hacer que sea incómodo dormir, sino que también interrumpe los ciclos de sueño, afectando la calidad del descanso. Sin embargo, existen varias estrategias enfocadas a mejorar las condiciones para lograr un sueño de más calidad a pesar de las temperaturas elevadas.
La temperatura ambiente es un factor clave para un buen descanso. Lo ideal es que la habitación esté fresca, entre 18 y 22 grados Celsius, para promover un sueño reparador. Es útil mantener persianas bajadas durante horas centrales del día y, si las temperaturas bajan por la noche, abrir ventanas y generar corrientes de aire. Si no refresca y disponemos de aire acondicionado se puede usar para enfriar la habitación antes de ir a dormir o usarlo durante toda la noche, siempre en una temperatura no excesivamente baja. También se pueden usar ventiladores, ya que ayudan y no resecan las vías respiratorias.
Opta por sábanas y pijamas ligeros y transpirables. El algodón es una excelente opción porque es un material natural que permite que la piel respire mejor que los tejidos sintéticos. Evita las mantas gruesas o los edredones pesados, ya que pueden atrapar el calor. Si prefieres tener algo de cobertura, utiliza una sábana liviana para sentirte más cómodo sin acumular calor excesivo.
La deshidratación es común en climas calurosos y puede dificultar el sueño. Asegúrate de mantenerte bien hidratado durante todo el día, pero especialmente antes de dormir. Beber agua te ayudará a regular la temperatura corporal y a evitar la sensación de calor. Sin embargo, trata de evitar beber grandes cantidades de agua justo antes de acostarte para no interrumpir el sueño con visitas frecuentes al baño durante la noche.
Las comidas pesadas, picantes o con alto contenido de grasa pueden aumentar la temperatura corporal y hacer que sea más difícil dormir. Opta por cenas ligeras y evita alimentos o bebidas que contengan cafeína o alcohol, ya que ambos pueden interferir con la calidad del sueño. Come al menos dos horas antes de acostarte para que tu cuerpo tenga tiempo de digerir la comida antes de entrar en el descanso nocturno.
Una ducha o baño fresco antes de acostarte puede ayudarte a bajar la temperatura corporal y relajarte. Evita el agua extremadamente fría, ya que esto puede causar un choque térmico en tu cuerpo. Opta por una temperatura agradable que te permita sentirte fresco sin incomodidad.
Aunque el calor puede dificultar el descanso, implementar estos consejos puede ayudarte a mejorar la calidad de tu sueño durante las altas temperaturas. Mantén tu habitación fresca, usa ropa de cama ligera, y mantén una rutina saludable de hidratación y alimentación. Si continúas teniendo dificultades para dormir debido al calor o si los problemas de sueño persisten, en la Clínica CISNe estamos aquí para ofrecerte orientación personalizada y soluciones para mejorar tu descanso.
