En la Clínica CISNe, apostamos por un enfoque integral y multidisciplinar para el diagnóstico y tratamiento de los trastornos del sueño. Dentro de este equipo, la figura del psiquiatra es clave. Aunque muchas personas asocian al psiquiatra exclusivamente con la salud mental, su papel en una unidad de sueño es esencial para garantizar un abordaje seguro, completo y eficaz de los problemas de descanso.
El psiquiatra es el especialista con mayor formación en psicofarmacología, un área crucial cuando hablamos de insomnio, ansiedad nocturna, trastornos del ritmo circadiano o parasomnias complejas. Muchos pacientes llegan a consulta tomando múltiples fármacos sin supervisión o combinaciones que no siempre son seguras.
El psiquiatra evalúa de forma rigurosa los medicamentos en uso, identifica duplicidades, interacciones y efectos secundarios, y ajusta el tratamiento farmacológico cuando es necesario. Su intervención ayuda a evitar uno de los grandes riesgos actuales: la polifarmacia, especialmente frecuente en personas mayores o con patologías crónicas.
El papel del psiquiatra no se limita a retirar fármacos innecesarios. También es el profesional indicado para prescribir medicamentos cuando realmente son útiles, como hipnóticos puntuales, antidepresivos para tratar insomnio por hiperactivación emocional, o estrategias farmacológicas para regular el ritmo circadiano.
Su enfoque, basado en la evidencia y adaptado al perfil clínico de cada paciente, garantiza que los tratamientos sean eficaces sin comprometer la calidad del sueño a largo plazo. Un ajuste adecuado de la medicación puede marcar la diferencia entre un insomnio crónico y una recuperación progresiva.
El psiquiatra también tiene un papel clave en indicar y recomendar psicoterapia, especialmente en problemas donde la medicación por sí sola no es suficiente.
La Terapia Cognitivo-Conductual para el Insomnio (TCC-I) es hoy el tratamiento de primera elección para el insomnio crónico, y el psiquiatra es quien puede identificar qué pacientes se benefician más de esta intervención. Además, puede coordinar el trabajo con psicólogos clínicos para tratar ansiedad, depresión, trauma o estrés, factores que con frecuencia perpetúan los trastornos del sueño.
El psiquiatra colabora directamente con neurólogos, psicólogos, neumólogos, neuropediatras y otorrinos. Su visión global añade un valor fundamental: integrar la salud mental y la medicina del sueño, evitando tratamientos aislados que no consideran el cuadro completo del paciente.
Esta coordinación permite construir planes de tratamiento personalizados que combinan ajustes de hábitos, intervenciones psicológicas y, cuando procede, apoyo farmacológico seguro y supervisado.
La presencia de un psiquiatra en la unidad de sueño no solo mejora el abordaje clínico, sino que protege la seguridad del paciente, reduce la polifarmacia y potencia la eficacia de los tratamientos. En la Clínica CISNe, su papel es esencial para garantizar un descanso saludable y sostenible, especialmente en casos complejos en los que la salud mental y el sueño están estrechamente vinculados.
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