La narcolepsia es un trastorno neurológico del sueño que afecta la capacidad del cerebro para controlar los ciclos de sueño y vigilia. Las personas con narcolepsia experimentan una somnolencia excesiva durante el día y episodios repentinos e incontrolables de sueño (sleep attacks). A menudo pueden sentirse somnolientos o cansados, teniendo problemas para mantener la atención o la concentración. Los primeros síntomas aparecen en la adolescencia o al comienzo de la edad adulta. Además existen otros síntomas, entre los que encontramos:
–Parálisis del sueño recurrentes: la incapacidad para moverse, encontrándose despierto, es lo que define las parálisis del sueño. Suelen presentarse en las transiciones sueño-vigilia y viceversa.
–Alucinaciones hipnagógicas o hipnopómpicas: se trata de ver cosas o personas, escucharlas, o sentir que nos tocan (alucinaciones visuales, auditivas o táctiles) cuando estamos adormeciéndonos o despertándonos.
–Cataplejia: es la pérdida del tono muscular desencadenado por algunas emociones como por ejemplo la risa o el enfado, mientras estamos despiertos. Puede afectar a músculos de la cara, el cuello o las piernas. A veces puede provocar caídas. La presencia de cataplejia es un síntoma de un tipo de narcolepsia, la narcolepsia tipo 1.
–Mala calidad de sueño / Sueño no reparador: las personas que padecen narcolepsia muy a menudo no tienen un sueño reparador normal durante la noche.
La causa principal de la narcolepsia está relacionada con la pérdida de neuronas que producen hipocretina, una sustancia química en el cerebro encargada de regular el estado de alerta y el sueño. Aunque no se comprende completamente por qué se produce esta pérdida de neuronas, se cree que puede haber factores genéticos y autoinmunes involucrados.
En la narcolepsia se producen entradas anómalas en fase REM de sueño, siendo estas entradas en fase REM o fenomenología relacionada con la fase REM de sueño las responsables de los síntomas que presentan las personas que la padecen.
El diagnóstico de la narcolepsia requiere la realización de pruebas específicas en una clínica del sueño, como la polisomnografía nocturna y el test de latencias múltiples del sueño. Estas pruebas permiten medir los patrones de sueño y las transiciones anormales entre las fases del mismo.
Si bien no existe una cura para la narcolepsia, los tratamientos pueden ayudar a mejorar los síntomas. Los medicamentos estimulantes pueden mejorar el estado de alerta. Algunos fármacos que actúan y modulan la fase REM pueden emplearse para tratar otros síntomas de la enfermedad. En otros casos, pueden ser necesarios otros medicamentos si las crisis de cataplejia son frecuentes.
Es fundamental consultar con el médico, y a menudo ser también evaluado en una unidad de sueño, ya que a menudo existe un retraso desde que se presentan los síntomas hasta que el paciente logra tener un diagnóstico que explique lo que le pasa, con lo cual, el acceso y el inicio de los tratamientos se ve demorado, con un impacto muy importante en la calidad de vida de las personas.
A menudo es una enfermedad poco comprendida, y poco conocida, acerca de la cual aún es necesario hacer gran divulgación social y científica.
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